La bibliografía sugerida en el Módulo Político Pedagógico de la Especialización en Tic y Educación del Ministerio, la experiencias compartidas en los Foros refiriéndonos a nuestras prácticas y realidad docentes, la ley de Educación Nacional, que establece la obligatoriedad de la escuela secundaria, y consecuentemente, la inclusión de todos y todas en el nivel medio; y la lenta pero progresiva integración de las TICs en el curriculum, nos ha llevado a observar, juzgar, pensar, repensar, reflexionar y contrargumentar los supuestos pedagógicos y didácticos hegemónicos.
En principio es posible decir que, la incorporación de las tic, es un
proceso en el cual se pueden diferenciar, en general, tres niveles para
alcanzarlo según Jaime H. Sánchez, Departamento de Ciencias de la Computación,
Universidad de Chile, ellos son: Apresto: investigar
las potencialidades que nos ofrece las tics. Uso: donde comenzamos a
utilizarla pero el centro son las tic y no el aprendizaje. Integración:
hacerlas parte del curriculum con el aprendizaje como fin a alcanzar y las TIC
como apoyo para lograrlo.
Tal es así que, como docentes, debemos mirar nuestro accionar ante los
nuevos desafíos. Desafíos que exigen algo también nuevo, diferente. Dando un
nuevo rumbo a la enseñanza. Entre esos desafíos se encuentra el hecho de
que tenemos muchos estudiantes en nuestras aulas, quienes tienen ritmos de
aprendizajes diferentes y, sin embargo damos aprendizajes monocrónicos,
haciendo secuencias didácticas para todos iguales, sin tener en cuenta que los
adolescentes como sujetos aprenden diversamente. En este punto es
importante integrar las TICs a nuestro currículum, haciéndolas cotidianas en
nuestras prácticas ya que los adolescentes y jóvenes han naturalizado su uso en
su día a día y son espacios donde ellos se pueden expresar libremente sin estar
sujetos a los tiempos escolares que muchas veces nosotros estamos tan ocupados
en cumplir (Cfr. Teregi 2010)
De esta manera, el uso de las TICs permite transcender tiempos y
espacios escolares permitiendo dar respuestas a situaciones particulares de
estudiantes que no puedan ir a clases por alguna imposibilidad personal o
social. Cabe destacar que para poder llevarse a cabo, también necesitamos que
nuestras escuelas estén tecnologizadas y que implementar su uso se transforme
en una actividad productiva y creativa para que sea un uso invisible y
descentrado de estas TICs, ya que el centro pasa a ser el “aprender con TICs”.
(Cfr. Sánchez 2002). Pero también permiten la realización de puentes simbólicos
entre los docentes, directivos, alumnos, padres, auxiliares, etc.
La integración de las Tic no significa dejar de lado recursos tales como
el libro, los mapas, proyector, etc., sino incorporarla como un elemento más
para formar un todo. Teniendo en cuenta que la finalidad es el aprendizaje y
las Tic son nuestro asistente para alcanzar ese objetivo. Es por ello que
consideramos que todas las tecnologías de la información y comunicación son
válidas para mejorar el proceso de enseñanza y aprendizaje (facebook, twiter,
youtube, tables, Ipods, programas de juegos, programas de músicas, celulares,
mp3, mp4, etc.).
En nuestro rol como docentes, no debemos utilizarlas sin un sentido
pedagógico y curricular. Por el contrario, debemos tomarlas como una
herramienta en donde se atraviesen los contenidos, atendiendo el marco
político, económico, cultura, histórico, social, etc. que se presenta hoy en
día. Si logramos comprender esto como docentes, la utilización de las TICs será
un beneficio muy interesante, significativo e importante.
Por lo tanto, a través de nuestro marco legal que nos respalda, nos
queda la tarea como docentes de diseñar estrategias que incorporen a las
TICs como herramientas que resultan valiosas para lograr la inclusión de todos
los adolescentes y jóvenes que no puedan seguir trayectorias encauzadas.
Es así que debemos construir entornos virtuales que favorezca el aprendizaje
colaborativo.